ALMA DE BRUJAS

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                Llega el solsticio de verano, se hacen infinitos los días y la vida, acaban los cursos, se nos hacen presentes las despedidas, lo que queda de ellos, el nosotros que fuimos y seguimos siendo, queremos seguir siendo… Se me ha hecho especialmente presente esta semana, al contemplar en el twitter del Colegio de Europa la ceremonia de fin de curso de la promoción Mario Soares, la de fin de curso 1985-86 de la promoción Cristóbal Colón, de la que formo parte.

                Están los edificios de la construcción europea inspirados en el espíritu, el anhelo del Congreso de la Haya en 1948; y no son sólo los construidos los de la Unión Europea, que a menudo tiende la opinión pública a contemplar como única encarnación de ese anhelo. Se asienta el edificio, los edificios de la Unión Europea, como he dicho en otras ocasiones, en los cimientos del Consejo de Europa. Cuenta también la construcción europea entre sus edificios con un Colegio, el Colegio de Europa, con su sede fundacional en Brujas (Bélgica), y posteriormente, tras la caída del muro, en Natolin (Polonia). Fue una de las criaturas, de los edificios alumbrados en el Congreso de La Haya, a propuesta de uno de sus convocantes y factótums, Salvador de Madariaga, que nos da a los españoles el honor de contar, a pesar del tiempo triste que vivíamos entonces, con uno de los padres fundadores de Europa, y con el primer Rector del Colegio de Europa.

                Tiene Europa un Colegio de Europa. Consideraron sus fundadores que Europa era algo a educar, a enseñar, a aprender, a construir en las personas, a vivir en la convivencia y el conocimiento mutuo entre europeos. Ha ido creando y tiene éste sus tradiciones, como la lección inaugural por uno de los constructores de Europa del tiempo presente, o como la de dar a cada promoción el nombre de una de las personalidades que han contribuido a que los europeos seamos quienes hoy somos, que han dejado su impronta y referencia, su ejemplaridad, en el alma de Europa. En ese curso en que España y Portugal hacíamos efectiva, el 1 de Enero de 1986, nuestra adhesión a las entonces Comunidades Europeas, en que los españoles y portugueses éramos especialmente numerosos entre los ciento veinte alumnos de veinte nacionalidades diferentes, la lección inaugural fue pronunciada por el Presidente del Gobierno Felipe González, y nuestra promoción se llamó Cristóbal Colón. Constituye un honor y una responsabilidad, un compromiso haber pasado por sus aulas. Una de las satisfacciones y regalos que me ha traído la vida formar parte de ella, compartir esa satisfacción, ese sentimiento, esa alegría con mis compañeras y compañeros en ella, con quienes como parte de ella desde entonces recorremos el camino de la vida y de la Historia, construimos Europa hacia fuera y hacia dentro.

                Enseña el Colegio de Europa Derecho, Economía, Administración, Política, Relaciones Internacionales o Historia de Europa. Puede parte de ello olvidarse o desactualizarse, pues no en vano Europa evoluciona y se transforma durante la vida de sus alumni, y también por ellos. Mas no habita el olvido el alma de Brujas; sino crece y habita ésta entre quienes pasamos por las aulas del Colegio de Europa, entre quienes como parte del nosotros de la promoción Cristóbal Colón caminamos por la vida. Pues no pasamos nosotros por Brujas; sino Brujas por nosotros, y en nosotros para siempre habita. Alimenta el alma de Europa el alma de Brujas. Alimentamos nosotros el alma de Europa. Alimenta el alma compartida el alma individual. Alimenta el alma individual el alma compartida. Nos habita a cada uno un pedazo caído del alma universal que busca con los otros reunirse. Europa se construye en el alma, se construye con el alma. Somos Brujas. Somos Europa.

                Fui estudiante en Brujas, y también poeta. Pues entre los canales de Brujas, en esa coyuntura de antesala al mundo laboral, de encrucijada hacia la definición profesional – que en mi caso se decantó por confirmar una vocación hacia la diplomacia que junto a la de escribir me había llamado la atención desde la juventud primera – fluyó, intensa y continua, el agua de la poesía, especialmente en los primeros meses de 1986, plasmada en los poemarios Los paraísos perdidos, Los trabajos de Hércules, Poemas del sueño de Iberia y Brujas, que forman parte del libro Mundo. Una geografía poética. Recoge éste buena parte de mi obra poética, reunida como un mundo, una geografía poética, la que vamos alumbrando en nuestro paso por la vida en nuestro espacio interior, en la que Brujas está especialmente presente

                Comienza uno de los poemas allí escritos en la primavera de 1986 – incluido en el poemario Brujas publicado en Mundo – diciendo que “Algún día nadie creerá / que estuvimos en Brujas…“. Tras la cena del veinticinco aniversario de nuestra promoción, en que muchos nos volvimos a ver en Bruselas, añadí a las dos estrofas originales una tercera que decía que “Algún día nadie creerá / que veinte y cinco años / después / Brujas seguía / dentro / de nosotros”. La tarde y la noche del 21 de Mayo de 2016 tuvo lugar en la sede del Colegio en Brujas la ceremonia y la cena del treinta aniversario, vivencia y constatación de que no habían pasado por nosotros treinta años, sino habíamos pasado nosotros por ellos, de que una común alma de Brujas nos habitaba y habita por encima y por debajo del paso del tiempo. A captarla y a responder las preguntas que éste nos formula treinta años después se debe su continuación en Alma de Brujas, que empecé a escribir al día siguiente en el aeropuerto de Bruselas durante las largas horas que tuve que permanecer en él al cancelarse mi vuelo por un problema de seguridad, y finalicé en los días posteriores. Está dedicado a mis compañeras y compañeros de la promoción Cristóbal Colón, y constituye ante todo una celebración de la amistad y del tiempo, el compromiso y las preguntas, sobre Europa y sobre la vida, que no pasan, o a través del tiempo pasan, del alma que a través de él encontramos en el otro, en los otros con los que somos nosotros.

     

     

                Compartí Alma de Brujas con mis compañeros de promoción – con los que nos mantenemos en contacto, primero a través de un grupo de correo electrónico, después por el grupo de WhatsApp que creamos en esa cena – primero en español; y después, ante las solicitudes de muchos, en inglés, idioma en que me animé a escribirla también para que todos pudieran comprenderla, para poder con todos compartirla. Se cumple precisamente ahora el treinta y cinco aniversario de nuestra promoción, y bien podría – debería en cualquier caso cada año el lector contando los años transcurridos desde 1986 – escribir un nuevo verso que dijera treinta y cinco o cualesquiera años después en lugar de los treinta cuando fue escrito, o más precisamente continuado a escribir. Bien podríamos también, si la pandemia un hubiera llevado a cancelar este año las cenas de alumni, los compañeros y compañeras de la promoción Cristóbal Colón celebrar, como es tradición, nuestro treinta y cinco aniversario con una cena en el Colegio de Europa en Brujas, como hace cinco años la que inspiró la escritura de Alma de Brujas. Porque no me resigno, no nos resignamos a que este aniversario pase como si nada pasara, para celebrarlo y celebrar la vida, para alumbrarla y compartirla, como carta en la botella lanzo esta Alma de Brujas al mar de la web, con la esperanza de que a vuestra orilla llegue, de que en vosotros y en todos alimente e inspire el alma de Europa.

     

    Manuel Montobbio

    Estrasburgo,
    solsticio de verano
    inspirado
    por el alma de Brujas
    de dos mil veintiuno

     

     

     

     

    ALMA DE BRUJAS

     

     

     

      A mis compañeras
    y compañeros
    de la promoción
    Cristóbal Colón,
    y al alma
    de Brujas
    que habita
    en la nuestra

     

     

     

              Algún día nadie creerá

    que estuvimos en Brujas

    que sólo un ejército de soledad

    y de gaviotas

    saludaba nuestro descenso a los canales

    al amanecer

    que leímos un millón de sentencias

    y nadie pidió justicia

    que hasta el cielo lloraba

    apiadado

    las lágrimas que no teníamos.

             Nadie creerá tampoco que los dioses

    nos abandonaron

    cansados

    y se declararon en huelga

    de hambre

    de sangre en las venas

    de miradas a los ojos

    de palabras no dichas

    y poesía

    que aceptaron por fin que con nosotros

    no había nada

    que hacer

    y resignados se acogieron al seguro

    de desempleo.

             Algún día nadie creerá

    que veinte y cinco años

    después

    Brujas seguía

    dentro

    de nosotros.

             Algún día nadie creerá tampoco

    que treinta años

    después

    no habían pasado

                                                                               por nosotros

    treinta años:

    habíamos pasado

                                                                               nosotros

    por ellos

    les habíamos pasado

                                                                               nosotros

    a ellos.

    Que treinta

    años después,

    cuando celebramos

    el treinta aniversario

    de la promoción

    Cristóbal Colón,

    descubrimos

    que no hace treinta

    años que estuvimos

    en Brujas,

    sino que hace treinta

    años que estamos

    en ella,

    en la Brujas

    que está

    en

                                                                               nosotros

    la Brujas

    que

                                                                               somos.

     

     

             No circula

    por sus canales

    la sangre

    de la Brujas

    que nos habita

    por dentro,

    ni puede verse

    con los ojos

    su alma,

    ni escucharse

    con los oídos

    su voz;

    sino con el alma.

             Pues es la Brujas

    que habita

    en cada uno

                                                                               de nosotros

    un pedazo

    del alma

    caída

                                                                               de Brujas

    cuando hace treinta

    años estuvimos

                                                                               en ella

    estuvimos

                                                                               en nosotros

    fuimos

                                                                               nosotros

    corazón que desde entonces

    late

    en el alma

    la sangre

                                                                               de Brujas

    para que seamos

    sigamos siendo

                                                                               siempre

    el yo

                                                                               y el nosotros

    que fuimos

    y somos

                                                                               en Brujas.

             Vive Brujas

    en cada pedazo

    de su alma

    caída

    en la nuestra,

    mas solo está completa

    su alma

    cuando esos pedazos

    dispersos

    se juntan.

    No puede

    ser del todo

    un alma

    sino en otra

    alma,

    ni podemos ser

                                                                               nosotros

    del todo

                                                                               nosotros

    sin ser

    en el alma

                                                                               de Brujas,

    el alma

                                                                               de Brujas.

             Tenemos

    todos

    y cada uno

    la llave

    del alma

    de Brujas,

    pues ésta

    se abre

    se enciende

    cuando el pedazo

    caído

    que en cada uno

    cada una

    habita

    busca

    a los otros

    los llama

    o recuerda

    o suspira

                                                                               por ellos.

     

     

             Cuando, como esta noche

                                                                               en Brujas,

    sonriente ha posado

    con todos

                                                                               nosotros

    en la foto

    de familia

    o de promoción

    que nos hemos hecho

    antes de empezar

    la cena

    del treinta aniversario;

    o cuando asoma

    en las conversaciones

    en torno a la mesa

    que retoman

    el punto

    en que las habíamos dejado

    en “pause”,

    como si nada

    o todo

    hubiera pasado

    entre tanto;

    o desea

    bailar de nuevo

    como siempre

    su música,

    y mueve nuestros cuerpos

    que no se cansan

    - …Sweet dreams are made of this… -

    electrizados

    danzan

    embriagados

    - …Everybody is looking for something… -

    por su aliento

    que hasta estallar

    sopla

    nos llena

    de vida

    que desbordada se evapora

    en el mover

    de la danza

    y la eternidad

    de los instantes;

    o tomamos

    la última copa

    por enésima vez

    en el día

    (más bien en la noche)

    en L’Estaminet,

    que tantas memorias

    guarda

    de conversaciones antiguas

    que quisiéramos

    continuar

    hasta la eternidad

    en que la noche

    pierde sus horas,

    hasta que los canales

    nos llamen

    a pasear por ellos

    y escuchar en sus aguas

    el silencio y los sueños

    de la ciudad

    que duerme,

    hasta que tan solo un ejército

    de soledad

    y de gaviotas

    como siempre salude

    nuestros pasos

    al amanecer.

             El alma de Brujas

    es joven,

    y nosotros

    también.

     

     

             Cuando ahora,

    treinta años después,

    o cuando siempre,

    en cualquier momento

    en que se nos haga presente

    aquella velada

    poética

    y de música

    y de sorpresas de realidad

    y de magia

    y de ilusión

    para saborear poco a poco

    como fruta jugosa

    la vida

    hasta emborracharse

    de ella

    para hacer nacer al Sol

    en la noche del brillo

    de las velas

    a golpes de sonrisa

    y de libertad

    de ser tú

    y de alegría de haber nacido

    en el Mediterráneo

    que tuvo lugar

    en los imperiales aposentos

    de Patricia Barreto

    en Ridderstraat, Brujas

    aquella noche del día de Venus

    de la media Luna

    de Febrero,

    para entrar en la cual era tan sólo

    necesario

    mostrar el pasaporte

    de tu sonrisa

    y un viejo sobre vacío

    cualquiera

    lleno de cien gramos de imaginación

    y de sueños

    y de un puñado de la sal

    de la Tierra,

    y en la que en primicia

    para los presentes

    por primera vez recité

    los versos

    de Los trabajos de Hércules

    que acababa

    de escribir

    que acababa

    de alumbrar

    para levantar el mundo

    con ellos;

     

     

    en cualquier momento

    en que se nos haga presente

    el sueño

                                                                               de Europa

    que sueña

                                                                               Brujas

    y en

                                                                               Brujas

    se sueña;

    o en que recibimos

    un e-mail

    o una postal

    o un journal

    de Malachy;

    o nos llamamos

    o coincidimos

    o nos encontramos

    en cualquier lugar

    en el que estamos

                                                                               en Brujas;

    o se nos hacen presentes

    tantos momentos

    que ha valido la pena

    vivir

    que han hecho que la vida

    valga la pena

    estrellas

    que iluminan el cielo

    de nuestro espacio

    interior

    agua del río

    del tiempo

    que nos fluye

    por dentro

    y atraviesa

    nuestra geografía

    poética.

             (Algunas veces extrañamente

    olvidamos

    que no solo nos llamamos

    Manuel Montobbio

    Malachy Hargadon

    María Luisa Silva

    Catarina Marques de Almeida Vaz Pinto

    Maria Patricia Simoes de Carvalho Salvaçao Barreto

    Begoña Lasagabaster Olazabal

    Margaritis Schinas

    Paola Puoti

    Ana Paula Ramalho de Mesquita

    Paola Borrachini

    Marina Averani

    Jaap Verraes

    Chris Hoonaert

    Mikel Landabaso

    Valentí Llagostera

    Irene Van Affelen

    Christina Vatsos

    Donato Attubato

    Mirari Barrena Longarte

    Leyre Barrena Longarte

    Kenty Richardson

    Pedro Cymbron

    Rui Nuno Baleiras

    Isabel Molina Roig

    Francina Esteve García

    Luis Padilla Macabeo

    Carlos Canino Díaz

    Mercedes Alonso Frayle

    Antonio de Castro

    Juan Manuel Pérez Dorao

    Luc Bool

    Maria Joao Da Cunha y Da Silva

    Fuensanta Candela

    Catherine Le Page

    Jorge Martí Moreno

    Mercedes Alvargonzález

    Nicolás Díaz de Lezcano Múxica-León

    Marianne Bakker

    Isabel Fortuna de Oliveira

    Pedro Dias Capucho

    Conor Maguire…

    (por favor añade tu nombre

    tras los puntos suspensivos

    si no está todavía).

    Algunas veces extrañamente olvidamos

    que también

    nos llamamos

    Cristóbal Colón).

             Algún día nadie creerá tampoco

    que treinta años después

    saciados estaban los dioses

    de sangre en las venas

    de miradas a los ojos

    de palabras dichas

    y de poesía

    hasta habían olvidado

    el hambre

                                                                               de ellas

    desde que se habían instalado a vivir

                                                                               con nosotros

    en la Brujas

    que nos habita

                                                                               por dentro

    y se sienten en casa

    como si fuera el Olimpo

    cuando se juntan los pedazos

    del alma

                                                                               de Brujas.

             Se alimenta el alma

                                                                               de Brujas

    de los sueños

                                                                               de Brujas

    los sueños

    de cada uno

    y cada una

    el sueño

    de ser

                                                                               nosotros

    el sueño

    de ser

                                                                               en Brujas

    el sueño

    de ser

                                                                               Brujas.

             Nosotros somos

                                                                               Brujas

    y se alimenta el sueño

                                                                               de Brujas

    del sueño

                                                                               de Europa,

    que es el sueño

    que por las noches en enseñarnos

    soñaba

    el Colegio

                                                                               de Europa,

    aunque de día nos hiciera leer

    un millón de sentencias

    y nadie pidiera justicia.

    Y treinta años después

    nos pregunta

    qué hemos hecho del argumento

    de nuestra esperanza

    qué

                                                                               Europa

    hemos escrito

    con nuestra vida

    en el mundo

    y en la vida

    qué

                                                                               Europa

    soñamos

    para nuestras hijas

    y nuestros hijos

    qué queremos que sobre ella

    se les enseñe a soñar

    en el Colegio

                                                                               de Europa

    qué vamos a hacer

                                                                               por ella

    que tanto

    y todo

                                                                               por nosotros

    ha hecho

    con qué sueños

    con qué hechos

    vamos a alimentar

    el alma

                                                                               de Europa

    que alimenta

    el alma

                                                                               de Brujas.

             Brujas es un arma cargada

    de futuro:

    al corazón nos dispara

    sus preguntas.

    Para responderlas tenemos

    treinta años

    y toda la vida

    por delante

    para con ella escribir

    cómo nos gustaría

    que continuara

    este poema

    hasta el sesenta aniversario

    de la promoción

    Cristóbal Colón

    y más allá,

    más allá

    de la vida

    y de la vida

    de la vida.

    Hasta el día

    en que nadie creerá

    que en otra vida

    estuvimos

                                                                               en Brujas,

    donde era más vida

    la vida

    y se quedaron a vivir con nosotros

    los dioses,

    y que

                                                                               en ella

    seguimos,

    siempre estamos

                                                                               en ella,

    y con nosotros

                                                                               en nosotros

    la llevamos,

    en y por cualesquiera

    de las vidas

    de la vida.

    Pues somos

                                                                               Brujas.

             Algún día, definitivamente, nadie creerá

    que no estuvimos

    en Brujas.

     

     

    Manuel Montobbio

    Brujas, lunas inspiradas
    por el treinta aniversario
    de la promoción
    Cristóbal Colón.