Ha tenido lugar el pasado 14 de Octubre en el Vaticano la ceremonia de canonización de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, culminación de un largo proceso iniciado por su sucesor en el Arzobispado de San Salvador y llevado a cabo en el seno de la Iglesia católica hasta su reconocimiento, el 3 de Febrero de 2015, como mártir por odio a la fe, y a su beatificación en San Salvador el 23 de Mayo de dicho año. Inicia con ello su tercera vida, la que está destinado a tener entre los santos de la Iglesia. Y tal vez sea por ello el momento de volver la vista atrás y contemplar las otras dos. Nos decía María Zambrano que el hombre es el único ser que no solo padece la Historia; sino también la hace. Oscar Arnulfo Romero padeció la Historia, hasta el punto de sacrificar su vida en ella; y la ha hecho, con su vida, con su muerte, con su vida después de su muerte. En varias direcciones, manifestaciones o ámbitos…
Así comienza el artículo “La tercera vida de Monseñor Romero” de Manuel Montobbio, publicado en el número de Noviembre-Diciembre de 2018 de la revista El Ciervo, que puedes seguir leyendo aquí:
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El ensayo “Monseñor Romero y la Historia”, publicado por el Real Instituto Elcano con ocasión del treinta y cinco aniversario de su muerte, ofrece una visión más amplia de la figura de Monseñor Romero. A partir de la Historia vivida por Oscar Arnulfo Romero y su presencia referencial en el proceso de paz salvadoreño, el autor acomete una aproximación a su figura como constructor de la paz abordando su manifestación en su palabra y su acción, el significado y efecto político de su asesinato y su vida después de la vida en las comunidades de base, la Iglesia salvadoreña, la construcción de la paz en El Salvador y más allá.
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Se inscribe la figura de Monseñor Romero en el proceso salvadoreño. Manuel Montobbio nos ofrece una aproximación a éste puede en el libro La metamorfosis del Pulgarcito. Transición política y proceso de paz en El Salvador desde la doble perspectiva o encuadre de la Sociedad Internacional y de la sociedad nacional salvadoreña.