A veces sentimos que, más allá del valle donde vivimos, hay otros valles; que, en el fondo, cada valle es en esencia el mismo valle, y, al tiempo cada valle es cada valle, cada uno tiene su personalidad, su qué, su unicidad. Pues es uno, y es único. Quizás fue este sentimiento, tras tres años viviendo en las valles neutras de Andorra, el que nos llevó a visitar otro valle pirenaico con su personalidad única este puente de Pentecostés hace cuatro años. A conocer, descubrir, vivir, sentir el Valle de Aran. El único, a diferencia de los otros del Pirineo catalán y de Andorra, cuyas aguas no van a morir en el Mediterráneo, sino en el Atlántico. Esta Pascua de Pentecostés aún semiconfinada en Estrasburgo me ha recordado aquella otra tan llena de vida, de primavera, de agua, en el Valle de Arán; y me ha hecho presente el poema Agua de Arán inspirado por ella y durante ella escrito, que ahora os comparto con algunas fotografías de aquellos días, aquel vivir.
Aquel sentir - como tantas veces en Andorra, y en otros valles - que no está hecho el valle de montañas; sino de agua. Que todo es agua. Todo es vida. Que, si escuchamos la primavera, nos habla el valle, nos habla la vida. "Habla / el Valle de Arán / todos los nombres / del agua" ... Escuchémosla. Vivámosla. Escuchadla. Vividla. Con la esperanza de que así sea, de que os hable la lengua de la vida cuando a su orilla llegue, meto esta Agua de Arán en la botella y la lanzo al mar de la web.
Manuel Montobbio
Pascua de Pentecostés 2021
AGUA DE ARAN
Habla
la Vall d’Aran
todos los nombres
del agua:
los pronuncia
con niebla
que nos envuelve
camino
de la balsa
de Oles,
con nuestra imagen
que se contempla
en ella,
con la lluvia
que la deshace
en ondas
concéntricas,
con los ojos
de Júpiter
con que nos mira
fijamente
y nos penetra
el alma
a través
de la furia
con que baja
en ulls de Jueu,
con el frenesí
con que baja
en cascada
en Saut dhe Pish,
con los suspiros
de azufre
con los que nos acaricia
en Bahns de Tredòs,
con todos los colores
del verde
con que se viste
esta Pascua de Pentecostés,
y el blanco
de las nubes
que se los quieren
comer,
con la lluvia
sobre el silencio
de la tierra
sobre el rítmico movimiento
de los parabrisas
del coche
sobre el techo
i la ventana
de casa
y les horas
que dan
las campanas
de la iglesia vecina,
con el clic
con que intentamos
captar la eternidad
del instante
en que pasa,
con el recuerdo
de todos los colores
del blanco
con que nieva
en invierno,
y con todos los del azul
del cielo
al que quiere volver
en cuanto lo deja,
y con el murmullo
del río,
que no calla
nunca,
y canta canciones
de amor
a los enamorados
que pasean
por su orilla.
Habla
la Vall d’Aran
todos los nombres
del agua,
y nunca se acaban
los significados
del agua
en el diccionario
de la lengua de Aran.
Habla
en la Vall d’Aran
el agua
la lengua
de la vida.
Manuel Montobbio
Vall d’Aran,
Luna de agua
de la Pascua de Pentecostés
de dos mil diecisiete.